lunes, 24 de octubre de 2011

Entorno ecológico
La gran extensión de la región aridoamericana la convierte también en una zona diversa. Los más variados climas se pueden encontrar en esta región, pero lo que los unifica a casi todos ellos es la escasez de agua. De hecho, casi toda ella está situada en algunos de los desiertos más hostiles del planeta: el de Chihuahua y el de Texas. Sin embargo, el empleo del término Aridoamérica podría dar una imagen un tanto equivocada de otras zonas, como la sierra californiana, donde existieron y existen grandes bosques y un clima más o menos benévolo.
Aridoamérica se extiende por montañas, planicies, costas, cuencas hídricas importantes.
El desarrollo de las culturas agrícolas de Mesoamérica es tomada como el hito histórico que marca la separación de esta superárea cultural con respecto a Aridoamérica, ocupada por pueblos cazadores-recolectores nómadas. Esto, como se expuso en el apartado anterior, ocurrió aproximadamente en el año 2500 a. C.
El primero que empleó este término fue Paul Kirchhoff en 1954. Para diferenciar a los aridoamericanos de otros pueblos vecinos como los mesoamericanos y los indios de las praderas, Kirchoff distinguió los caracteres económicos (pueblos dedicados a la recolección de vegetales que combinaban de modo secundario con caza) y patrones de residencia (poblaciones nómadas) peculiares de la superárea. Incluyó en ella, además, a los pueblos recolectores y pescadores que tenían una agricultura poco desarrollada (como los pueblos de la sierra de Tamaulipas).
El paisaje aridoamericano es sumamente variado. Se extiende por planicies, montañas muy escarpadas, costas y mesetas. La vegetación y la fauna son igualmente diversas. Esto propició una fragmentación de las prácticas culturales, orientadas a la explotación eficiente de los recursos disponibles. Por ello, mientras los indios californianos disponían de madera y otros productos del bosque, los pueblos del desierto pasaban penurias en tiempos de crisis prolongada que incluso los llevaba a comer tierra o cortezas para engañar el hambre.
Kirchoff también propuso una división de Aridoamérica (que algunos autores llaman Gran Chichimeca) en áreas culturales para facilitar su estudio. Las regiones distinguidas por Kirchoff son las siguientes:
  • Centro y Sur de California
  • Gran Cuenca
  • Noroeste de Arizona
  • Sur de Texas
  • Apachería
  • Norte de México
  • Baja California
  • Costa de Sonora
Período Preclásico (aprox. 2500 a. C. - 200 dC)
El comienzo del Período Preclásico es definido casi siempre a partir de los indicios más antiguos de la fabricación de cerámica. Los más antiguos de ellos fueron encontrados en Guerrero, cerca de la localidad de Puerto Marqués, y se calcula que datan del año 2440 a. C.
Los primeros 1.300 años de este período son definidos como Preclásico Temprano. Se trata de una dilatada época en la que se van desarrollando lentamente los rasgos característicos de Mesoamérica. En este tiempo, los procesos de sedentarización y la práctica de la agricultura se hallan plenamente consolidados. No obstante, los mesoamericanos del Preclásico Temprano debían complementar sus actividades económicas con pesca, recolección y caza. La gente vivía en pequeñas aldeas de casas de barro, con una población reducida. Hacia el final de este horizonte algunas de ellas crecieron en población y llegarían a ser dominantes, como El Opeño en Occidente; Tlatilco, Coapexco y Chalcatzingo en el Centro; y San José Mogote en Oaxaca.
Monumento 1 de La Venta. Cultura olmeca.
El desarrollo de estas aldeas es considerado como el marcador del inicio del Preclásico Medio (1200-400 a. C.). La vida aldeana se volvió más compleja, y se establecieron redes de intercambio interregional entre las poblaciones dominantes. En virtud de esas redes, algunas de las grandes aldeas extendieron su influencia en regiones muy amplias de Mesoamérica.
Durante este periodo tiene lugar el desarrollo de la cultura olmeca, que resume todos los desarrollos culturales de los mesoamericanos de aquel tiempo. De esta cultura son los primeros indicios de escritura y del uso de calendario. Debieron tener una estructura social muy compleja que les permitió desarrollar su escultura y arquitectura monumentales. Los principales sitios de esta cultura son La Venta, Tres Zapotes y San Lorenzo, ubicados en la llanura costera del Golfo de México. También se ha encontrado evidencia de ellos en Teopantecuanitlán (Guerrero), y en Chalcatzingo (Morelos), y se presume que sus relaciones con las áreas oaxaqueña y Maya contribuyó con el desarrollo cultural de esas regiones.
Pirámide de La Venta, Tabasco. La más antigua de Mesoamérica.
La declinación de la cultura olmeca dio origen al periodo Preclásico Tardío (400 a. C.-150 d. C.). Se trata de una época de diversificación cultural y asimilación de los elementos olmecas en los sistemas culturales de cada pueblo. Con esa base dieron comienzo varias de las tradiciones más importantes de Mesoamérica. Sin embargo, Cuicuilco, en el sur del valle de México, y la Chupícuaro, en Michoacán, serían las más importantes. La primera llegó a convertirse en la mayor ciudad de Mesoamérica y principal centro ceremonial del Valle de México; y mantenía relaciones con Chupícuaro. La declinación de Cuicuilco es paralela a la emergencia de Teotihuacan, y se consuma con la erupción del Xitle (circa 150 d. C.), que motivó la migración de sus pobladores al norte del valle de México. La cultura Chupícuaro es conocida sobre todo por su producción alfarera, cuyas huellas se han detectado por una amplia zona ubicada entre el Bajío y la cuenca lacustre.
Hacia el final del Preclásico había comenzado la planificación de las ciudades que llegarían a ser emblemáticas de Mesoamérica, como Monte Albán y Teotihuacan.

[editar] Período Clásico (aprox. 200 - 900)

Este período está marcado por el apogeo teotihuacano y concluye con las migraciones nahuas y el establecimiento de centros regionales en el valle de México. Se divide en dos periodos: el Clásico Temprano y el Clásico Tardío.
Pirámide de la Luna. Teotihuacan.
El Clásico Temprano abarca los primeros 400 años del periodo, y coincide con la época de mayor apogeo de Teotihuacan. Durante este periodo se consolidó el proceso de urbanización que se observaba desde el Preclásico Tardío. De esta suerte, nacieron ciudades como Cholula, en el valle Puebla-Tlaxcala; Monte Albán en los Valles Centrales de Oaxaca, Tikal y Calakmul en el área Maya (la primera ciudad, en Guatemala y la segunda en México). Las obras hidráulicas que permitieron la alta eficiencia de la agricultura mesoamericana también estaban bien desarrolladas en esta época.
La escena histórica fue dominada por los teotihuacanos, que convirtieron a su ciudad en el centro de una amplia red de intercambios comerciales que involucraban especialmente a todos los pueblos mesoamericanos y de Oasisamérica, de los cuáles se obtenía la turquesa, uno de los artículos suntuarios más característicos de la civilización mesoamericana. Los teotihuacanos monopolizaban la distribución de la cerámica Anaranjado Delgado, una de las más finas y apreciadas de la época, producida en Puebla, y las minas de obsidiana, alabastro y otros minerales de vital importancia para la vida cotidiana de los antiguos mesoamericanos.
Relieve de Palenque. Cultura maya.
Estos productos eran intercambiados con otros pueblos por mercancía de la cuál los teotihuacanos no disponían en su área de influencia directa. Teotihuacan, además, fungía como gran intermediario entre las diferentes regiones de Mesoamérica. La importancia de las rutas comerciales controladas por los teotihuacanos está reflejada en el crecimiento de poblaciones en el área Norte de México, que durante esta época queda integrada en la civilización mesoamericana. Entre estas ciudades se cuentan Altavista y Loma de San Gabriel.
Teotihuacan era una ciudad cosmopolita y multiétnica. En ella se ha encontrado indicios de presencia oaxaqueña y de los pueblos del Golfo, que ocupaban barrios enteros de la ciudad. De igual manera, es patente la presencia teotihuacana en Monte Albán y en Tikal, corazón del área Maya que por aquel tiempo vivía su primer periodo de apogeo.
Hacia el año 600 comenzó el proceso de declinación de Teotihuacan. Este hecho marca el inicio del Clásico Tardío, caracterizado por la época del gran florecimiento de las culturas maya y zapoteca, y las modificaciones en el panorama político del Centro de México (que afectaron a Mesoamérica entera).
Los mayas habían mantenido relaciones comerciales con Teotihuacan a durante el Clásico Temprano. Algunos autores sospechaban que la presencia de rasgos culturales teotihuacanos en Tikal y otros centros importantes de la zona sugería que los mayas habrían estado sujetos al dominio directo de los teotihuacanos. Sin embargo, interpretaciones más recientes de esos materiales apuntan a que la relación entre Teotihuacan y los mayas fueron de otra índole, comercial seguramente. A la luz de este enfoque, la presencia de elementos y objetos del altiplano en Tikal (Guatemala) puede interpretarse como una estrategia de la élite maya para conferirse legitimidad a sí misma, las ciudades que dominaban en dicha época eran al norte Teotihuacan y en el sur, las ciudades rivales de Tikal y Calakmul.
Plaza de Monte Albán. Cultura zapoteca.
Con la decadencia consumada de Teotihuacan, en 750, las ciudades mayas también entraron en crisis. Se especula que una combinación de desórdenes políticos, en el contexto de un desajuste climático, puso en jaque a los gobernantes de muchas ciudades de la región. De esta manera, la cultura maya clásica encontró su fin hacia el año 800.
sin embargo, recientes estudios realizados en Guatemala y sur de México demuestran que no hubo problemas climáticos, sino guerras internas, entre ciudades y gobernantes, lo que obligó a los pobladores a huir y establecerse en diversas regiones.
Los zapotecos fueron otro pueblo que mantuvo relaciones con Teotihuacan. Pero en este caso, las relaciones iban más allá del intercambio comercial: eran aliados. Como se dijo más arriba, en Teotihuacan fue encontrado un barrio completo de zapotecos, que tenía su correspondiente en la metrópoli oaxaqueña. Cuando se vio interrumpida la relación, por la emergencia de Estados rivales de Teotihuacan en el Centro de México, los zapotecos continuaron con su desarrollo cultural autónomo, que vio la época de mayor florecimiento entre los años 750 - 850. Sin embargo, como ocurrió en el caso de Teotihuacan y el área maya, la capital zapoteca también declinaría y sería finalmente abandonada.
Murales de Cacaxtla. Olmeca-xicalanca. Epiclásico.
Aprovechando la debilidad de las metrópolis, varias ciudades cobraron fuerza y tomaron posiciones centrales en las rutas de intercambio que sostenían la hegemonía de Teotihuacan. En este panorama, surgieron centros regionales en el Centro de México: Xochicalco, en Morelos, controlaba el comercio con el Área Maya; Cholula, en Puebla-Tlaxcala, hacía lo propio con el sureste; Teotenango, con el Occidente de México. El creciente poder de estas ciudades -y otras como Cacaxtla y Cantona- terminó por estrangular a Teotihuacan, que colapsó hacia el año 750.
Este periodo es conocido como Epiclásico, y se trata de una época de fuertes desórdenes y reacomodos políticos, y culmina con las primeras migraciones de los pueblos del Norte de México (entre los cuales venían los nahuas) motivadas por las sequías prolongadas que arruinaron las sociedades agrícolas de la región. Los mismos centros regionales que rivalizaron en esta época fueron construidos con el aporte de pueblos migrantes (por ejemplo, los olmeca-xicalancas que arribaron a Cacaxtla y Xochicalco en esa época). De esta manera, la civilización mesoamericana reforzó su carácter multiétnico.

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